Amarte tiene su ciencia... Desembarqué en ti el día en que mi barca buscaba un puerto y te encontré. Me has servido de referencia y en mi bitacora aparece tu nombre.
En mi estancia, conocí todas tus bahías y penínsulas. Observé el aterizaje de las gaviotas y el salto de los peces. Saborie todas las miles y me reflejé en todos tus lagos. Algunas veces confundía el cielo con tu oceáno, pero todo me invitó a amarte.
Contemplé el ocaso y me recostaba en tu piel para ver las estrellas. Siempre volví a ti, de día o de noche, todo solo para regresar a ti y quererte. Pues amarte es una forma de conocimiento.
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