La tarde me ha regalado un bello atardecer.
Su luz y su aroma a lluvia llenó el paisaje,
Los árboles formaron parte del ocaso,
Y con un cielo gris se despedía el día.
Le sonreí a la calidez, mostrando alegría.
Todo se había encaminado, con brillos.
Había amor, libertad y un sabor dulce.
Las sombras aparecían como parte del acto.
Las aves cantaban al volver a sus nidos.
Las nubes huían de la lluvia.
Cerré los ojos, los labios murmuraban...
Apareció la noche y me dejé seducir sin cuestión alguna.
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