miércoles, 12 de noviembre de 2014
Despedida
Me quede observando tu rostro para comprender tu angustia. De tus ojos brotaba agua, cada gota se desvanecía al caer de tu mejilla. Tu mirada perdida reflejaba la luz del sol y tus labios resecos se humedecían con tus lágrimas.
Solo pude verte, no había palabra alguna que me permitiera consolarte. Mis pensamientos terminaron cuando escuchaba un poco tu resignación e intentaba confortarte con mi sonrisa de pena. Pasaba mi brazo a tu espalda para que con un gesto entendieras que no estabas solo.
Sin saberlo, ese día fue tu fin. No regresaste y te perdiste en el horizonte. No llevaste contigo nada, solo tu ropa de aquel día y el escapulario que María te había dado. A veces sueño con tu regreso pero se desvanece como el viento que me acaricia cada noche.
Espero tu viaje marche bien. Hoy que hay luna llena, mírala. Encuentra en ella el mensaje de despedida que nunca leíste y el último beso que perdimos.
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