miércoles, 20 de noviembre de 2013

¡Cioa querido!

Sería una equivocación que pensaras que lo que escribo ahora es por ti, porque no es así. Cuando te conocí no inspiraste ninguna palabra nueva, todas las había utilizado antes. Mariposas, flamingos, lunas, estrellas y sol... No es nada nuevo. Lo que fue nuevo fue nada más el quererte besar, el volver a sentir lo que hace poco había sentido, lo que hace poco había conmovido a mi ser. Lo único que te puedo decir ahora, es que me agrado conocerte, me agrado saber de tu vida. 

       Me despido de ti: ¡Cioa querido!



Volé y soñé...


Una tarde de verano, mientras dormía soñé que volaba entre el campo, de la casa de mis abuelos, en Granada. El prado, verde con plantas salvajes, con árboles al fondo y con el límite de las montañas. El infinito era el cielo. Era el viento quien me invitaba a seguir soñando, a volar entre las plantas y a nunca querer caminar. Flotaba, claro que lo hacía... Todo lo miraba desde las alturas, donde sólo algunas personas llegan a estar de vez en cuando durante la vida. Disfrute el momento, disfrute el volar, disfrute el flotar y así fue como me desperté. Me levanté y seguí caminando, para llegar a casa y volver a dormir.


Tu mirada

No quiero que sea tarde para que sepas lo que siento por ti y no quiero que sea una historia más en tu vida para contar. Quiero que en este momento me recuerdes tal y como me ves, que recuerdes la persona quien soy ahora, la persona que te ve directamente a los ojos e intenta descifrar tu mirada. 
No la escondas, quiero saber que hay más allá de tu iris, de tu cornea, de todo lo que puedo ver a simple vista. No hables, tus labios se mueven y estimulan otros músculos que deforman tus ojos. No quiero eso tampoco, porque quiero pintar tus ojos, dibujar cada línea, cada pestaña e intentar saber la distancia de un punto a otro. 
Sólo mírame, desnuda tu mirada ante mi, ante la persona que te quiere conocer sin pronunciar palabra alguna, la persona que te besa con la mirada y que evoca en ti una leve sonrisa en tu mente.

No humedezcas tus ojos tampoco, quiero que al dibujarlos tengan el brillo de siempre y no el que provocan mis palabras en ti. Sólo te quiero así tal y cual eres...


martes, 19 de noviembre de 2013

El amor es...

El amor es dulce, es suave. El amor es como una suave briza que roza y llena el corazón de alegría cuando se está frente al mar. Algunas veces como la piel, sensible que la más leve caricia estremece hasta el alma.

Antes del arte, el amor y la amistad... Antes de todo estás tú. Sentado frente a mi, imaginando la línea de tu cuello y pintándola en el lienzo que aún no termino por verte. Tú y el primer beso, nadando bajo la luz de la luna y jugando a ser los primeros novios de cada uno.