Sería una equivocación
que pensaras que lo que escribo ahora es por ti, porque no es así.
Cuando te conocí no inspiraste ninguna palabra nueva, todas las
había utilizado antes. Mariposas, flamingos, lunas, estrellas y
sol... No es nada nuevo. Lo que fue nuevo fue nada más el quererte
besar, el volver a sentir lo que hace poco había sentido, lo que
hace poco había conmovido a mi ser. Lo único que te puedo decir
ahora, es que me agrado conocerte, me agrado saber de tu vida.
Me
despido de ti: ¡Cioa querido!
No hay comentarios:
Publicar un comentario