Mis palabras se han secado
como ríos,
Han intentado reclamar su
tiempo, su lucha.
Pero el viento se las ha
llevado.
Queda un suelo erosionado, lleno
de polvo.
He intentado llegar al
horizonte, alcanzarlas.
Pero ya no queda aliento en
mí.
Todo lo que existió, murió
aquella mañana.
Se cubrió de un rojo color
sangre.
Te perdí, me perdí… Nos
perdimos.
Ya no era solo una, fueron
dos muertes.
Quedé sin voz, callé
obligadamente.
Me asusté tanto que mi mente
vagó.
Pensé que tus miedos te
habían encontrado.
Quise creer que peleaste con
dignidad.
Que diste todo de ti al
final, pero fue mentira.
No tienes tú la culpa de tu
propia frialdad.
Mi amor se deshojó como una
rosa,
Poco a poco cada pétalo, sin
color, caía.
Llegué a confundir la
libertad con la pérdida,
Pero sé que un tronco seco dará
nuevas hojas.
Seré como el cambio de otoño
a la primavera,
Floreceré, veré el sol cada
día otra vez.
Mis lágrimas se convertirán
en perlas,
Haré un collar para vencer
la oscuridad.
Mientras tanto, habitaré el
fondo del mar.
Sanaré cada herida, golpe y
dolor.
Bailaré al ritmo de las
corrientes,
Dejaré que mi vida se filtre
otra vez en mí.
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