Estaba sentada
en aquel parque, donde muchas personas se han quedado a dormir ahí por la falta
de un hogar, de una cama o porque aún no han llegado a su destino. Los he visto
ahí, tapándose con sus chumpas, suéteres o sudaderos. Antes de cerrar los ojos
para descansar, lo último que ven son las estrellas que brillan en el cielo
oscuro, bajo la luz de la luna alguna vez. Lo que sienten antes de dormir es el
viento rozando su pie y que alguna vez les ocasiona un frío.
Me quedo
pensando en las personas que están ahí, solas y pienso que no hay nadie más que
solamente ellos en sus propias vidas. Pero están las otras personas, que van
acompañadas, las que se logran acurrucar en la silla de madera, cuando alguien
recuesta la cabeza en la pierna de la otra persona, que duerme sentada. De
alguna manera entre las dos personas, se intentan dar calor hasta la mañana
siguiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario