viernes, 25 de abril de 2014

Amante disctreta

Quisiera que el sol se ocultara al anochecer y que la luna iluminara el día, pero no es posible.

Me he acostumbrado a que la luna levente mi falda y a ver los árboles dormir por la noche.

El sol no se da cuenta de nada porque duerme a las siete y aunque le cuente, no me escucha.

Me cuesta ser una amante discreta, pero es común que viaje cada mañana sin la luna.

He decidido hacerle caso a mi instinto y me olvido de lo que deseo a escondidas de ambos. 




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