domingo, 27 de julio de 2014

Ocaso

Qué puedo hacer con lo que siente mi corazón por ti. Eres la respiración que da vida, la sonrisa que alimenta y el motivo por el cual escucho a la luna cantar. 

Te acercaste a mi persona y yo te daba albergue en mi interior. Jugábamos a sembrar flores para la primavera y a tirar algodones de azúcar para el invierno.

Guardo en mi memoria tu persona bajo la luz del sol durante el ocaso. Tú fuiste parte del paisaje, te observé y te vi tierno. Tu hermosa sonrisa me descubrió sonriendole nuevamente a tu corazón.

Quisiera esconderte y guardarte en una caja de cartón, pero tengo miedo de que olvides volar y pierdas tu libertad. No lo quiero para ti, prefiero tu felicidad y la dicha de verte amado.






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