El viento lleva consigo tu aroma y es así como los árboles y flores se envenenan hasta marchitarse.
Tiempo atrás servías de alimento y otorgabas bienestar a quien te rodeaba.
Hoy solo inspiras desconsuelo y odio, ocasionas daño y sufrimiento y tiñes de rojo el cielo por la noche.
Espero me sane, le debo mi corazón a mi interior y la serenidad de mi ser.
Lamenté el haberme enfermado, el no gozar de la vida y perderme unos días con el calor del sol y la luz de la luna.
Tendré que reconciliar a la atmósfera para purificar el aire y así las plantas y flores recuperen su color y no se marchiten a causa de tu fragancia intensa.
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