lunes, 24 de marzo de 2014

Existencia

Sí la vida me preguntará en donde sería el fin y el principio de mi existencia no contestaría diciendo que es mi nacimiento y mi muerte ni que tampoco el momento que inicié mi vida y el momento en que ya no.

Diría que no es posible que mi existencia sea finita porque para mi no lo es. Como héroe o mártir buscaría que fuese infinita, casi como el universo.

No tiene sentido el hecho simplemente de vivir, de contemplar una existencia efímera que terminará como el soplo del viento o como un día cualquiera. Sería un acto de suicidio, una anomia  o una falta de mi ser hacía mi misma. 

Es lamentable como la existencia de una persona condena su propia libertad, corta sus alas para no volar y queda refugiada en lo más alto de la montaña con la penosa necesidad de caminar en vez de volar. 

Mi meta no es en sí conceptual ni espiritualidad. Es quedarme en el cosmo y ver de vez en cuando como una estrella nace y se apaga lentamente ante mi. Sin miedo al estallido o al fuego que me puede alcanzar. 

domingo, 23 de marzo de 2014

El viento...


Sí pudiera confesar lo que mi corazón siente por ti, sería una condena. No habría ni perdón ni olvido, la religión nos juzgaría y lo más probable es que sería nuestra muerte.

Pero no me importa morir por amarte, prefiero tu piel junto a la mía y no una muerte sublime por privarte mi amor.

Roza mi piel con tu mano, pásala por todo mi cuerpo. Me estremece cada caricia tuya, cada respiro cerca de mi oído y cuando me llevas hacía ti desde mi cintura.


No me niegues tu amor, he decidido quererte y entregarte mi corazón a consecuencia del ocaso. Por ello, a partir de hoy el viento es nuestro aliado.


sábado, 8 de marzo de 2014

Te canto


Te canto a ti, porque eres bello, eres la ternura más notable que he podido conocer. 
Te pareces a las auroras borealas por las por la madrugada y a una estrella por la noche. 

Cuando me alejo de ti, pienso en ti pero lo hago pensando en nuestro amor. 
Llego al refugio de mi alma, me recuesto en tu corazón y cierro los ojos. 

Sueño con tu silueta, la imagino pintada en el mural de mi espalda. 
De vez en cuando, te abrazo en mis sueños y tu me devuelves una sonrisa. 

No importa si fue un mal día o un buen día, ahí estás tú. 
Junto a mi, escuchando mi canto o mi tarareo. 

Mientras tanto yo te sigo admirando, te conozco un poco más 
y termina mi día queriéndote un poco más que ayer.




En la estación

Podría esperar hasta el alba por ti, por tu querido corazón, por tu llanto y por tu canto, le decía Tomás cuando miraba partir a Rebeca.

No olvidaría jamás ese día, las flores rojas y blancas que maquillaban el jardín de aquella estación de trenes tan memorable ahora. Las dos monjas sentadas en la banca de espera esperando por el sacerdote del pueblo, con sus trajes blancos y tan brillantes por la luz del sol.

Los niños jugando en el parque de enfrente, algunos jugando en el arenero y otros comiendo un helado. Algunos padres estaban cercas y otros sentados leyendo las noticias del día.

Pero qué fue aquello que más impactó a Tomás aquel día, no fue la despedida ni el desconsuelo que sentía en aquel momento. Lo que le impactó fue que aquel día iniciaba su soledad, incontable y ansiosa.

Dónde iría su alma si se marchaba en el tren que partía, dónde iría su amor sí Rebeca se alejaba de él. No supe que sería de él, lo conocí aquella tarde y me despedí aquella tarde de él.


Abandono


Qué puedo decirte querido corazón, qué puedo desearte o qué puedo preguntar... Nada.
No hay palabra alguna que brote de mi boca para saber de ti.
No hay intensión alguna de cambiar lo que siento por ti por muy bueno que fuese.
Solamente quiero devolverte lo que una vez fue para mi.

Sí la vida pudiera describir lo que pasé a tu lado sería una contradicción.
Un divergencia que posiblemente ni yo entendería.
No es que seas ni bueno ni malo, ni aceptable o tolerante.
Simplemente fue un testigo casual en un momento oportuno.

Te entrego tu crueldad, tu maldad y tu enfermedad.
Te devuelvo tus pestes, tus quejas y desconsuelos.
Te afirmo mis decisiones con o sin sentido,
Pero lo más importante es que hoy te dejo el nido vacío y las llaves junto a la puerta.






Lamentación

Tengo el corazón partido en dos, una razón es debido a tu partida y la otra por el mal que habita ahora dentro de mi.

Una vez fui fiel, sincera y honesta con la vida pero me pareció injusto el disculparme siempre debido a las circunstancias.

Lloré, lamente mi existencia... incluso te extrañé. No había consuelo, no había amabilidad ni esperanza. La humanidad había desaparecido casi por completo. 
  
No pude suicidarme ni condenar mi vida a la muerte, sufrí, claro que si.
Te extrañaba cada noche, cada día, cada amanecer y no estabas.

Recuerdo cuando nos visitabas y te llevabas a uno de nosotros, pero nunca a mi.. Por qué, no lo sé.
Ahora que he vuelto la vista atrás y sigo sin consuelo me he refugiado en mis recuerdos y en lo que fui.

Soy lo que no quiero ser, he causada varias muertes y varios embarazos.
He latigado sin desdén y aquí estoy, lamentando mi existencia, lamentándome por mi mismo.





jueves, 6 de marzo de 2014

Mentira

Sí por una mentira crees que salvaría tu vida,
no me conoces bien.
No he mentido ni he dicho algo que no es
y no lo haría por ti.

Siento mucho tu condena de muerte,
que no pueda volver a verte.
Que mueras de esa manera
tan trágica e inesperadamente.

Espero que veas la luz,
y no te quedes vagando en el bus, 
que encuentres tu camino 
con Bien y Gloria. 






Te quiero





Quisiera que tu camino fuese yo,
pero sería cometer un acto de suicidio para ti.
Quisiera que tu hogar fuese yo,
pero perderías tu libertad en el trayecto.

Lo que si deseo es que tu mirada,
se refleje en mi ojos.
Que me enamores más cada día
y que me regales un beso más en cada salida.

Te quiero cerca de mi,
no como castigo o siendo esclavo,
solamente te quiero a ti,
a tu ser, a lo que eres.

No quiero salvarte ni que me salves,
no quiero que me compres ni venderte.
Solamente quiero estar junto a ti.

En cada momento que mi corazón te sienta.

Adriana


Me recuerdo de ti, cuando mirábamos los vídeos juntas.
Recuerdo el escenario y a la mujer vestida de muñeca de cuerda.
Con sus medias de rayas y sus zapatos de tacón.

Ahora tú estarás en ese escenario,
me tocará verte por medio de los vídeos.
Quizás de vez en cuando me brote alguna lágrima.

Estoy feliz por ti, eres una persona especial.
Me alegra saber que tu corazón sigue siendo hermoso,
que tu alma sigue siendo resplandeciente y que tu ser bello.

Me siento bien de conocerte,
de haberme enamorada de la vida a través de tu voz.

Eso es lo mágico que hace el arte en la vida real.  


Foto: Prensa Libre.

Te comparto mi alegreía

Sí quisieras que te describiera el día te contaría lo que he visto.

He mirado como los rayos de sol alumbran poco a poco el parque,
el árbol que está en medio de la plaza con sus flores rosas se ilumina empezando por la copa.
Los rayos que veo son los que forman la silueta de la iglesia al fondo,
y algunas aves empiezan el huelo de cada día saliendo de su nido.

En la esquina que está cerca de mi casa se sienta una señora cada mañana.
Vende comida, no es siempre la misma y el aroma del café me despierta algunos días.
Llega con su hija, quizás de 9 años. Juega con las palomas hasta las 8 de la mañana,
luego ayuda a su madre a levantar el puesto y se va agarrada de su falda.

Alzo la vista al cielo y es una mañana despejada.
Las nubes son como si vieras una pintura puntillista.
Solamente hay dos colores, el blanco y el azul cielo, ¿recuerdas?.
Y hacía el horizonte se ve un avión que va hacia el norte.

Qué más quisieras saber, cuéntame...
Tal vez te ayude saber que no siempre miro cada detalle,
que no siempre percibo cada aroma y que no siempre quiero hablarte.

Pero hoy te cuento lo que vi porque me siento feliz,
soy feliz por que lo vi...


Te he querido compartir mi alegría.