domingo, 23 de marzo de 2014

El viento...


Sí pudiera confesar lo que mi corazón siente por ti, sería una condena. No habría ni perdón ni olvido, la religión nos juzgaría y lo más probable es que sería nuestra muerte.

Pero no me importa morir por amarte, prefiero tu piel junto a la mía y no una muerte sublime por privarte mi amor.

Roza mi piel con tu mano, pásala por todo mi cuerpo. Me estremece cada caricia tuya, cada respiro cerca de mi oído y cuando me llevas hacía ti desde mi cintura.


No me niegues tu amor, he decidido quererte y entregarte mi corazón a consecuencia del ocaso. Por ello, a partir de hoy el viento es nuestro aliado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario