lunes, 24 de marzo de 2014

Existencia

Sí la vida me preguntará en donde sería el fin y el principio de mi existencia no contestaría diciendo que es mi nacimiento y mi muerte ni que tampoco el momento que inicié mi vida y el momento en que ya no.

Diría que no es posible que mi existencia sea finita porque para mi no lo es. Como héroe o mártir buscaría que fuese infinita, casi como el universo.

No tiene sentido el hecho simplemente de vivir, de contemplar una existencia efímera que terminará como el soplo del viento o como un día cualquiera. Sería un acto de suicidio, una anomia  o una falta de mi ser hacía mi misma. 

Es lamentable como la existencia de una persona condena su propia libertad, corta sus alas para no volar y queda refugiada en lo más alto de la montaña con la penosa necesidad de caminar en vez de volar. 

Mi meta no es en sí conceptual ni espiritualidad. Es quedarme en el cosmo y ver de vez en cuando como una estrella nace y se apaga lentamente ante mi. Sin miedo al estallido o al fuego que me puede alcanzar. 

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