Tengo el corazón partido en dos, una
razón es debido a tu partida y la otra por el mal que habita ahora dentro de mi.
Una vez fui fiel, sincera y honesta con
la vida pero me pareció injusto el disculparme siempre debido a las
circunstancias.
Lloré, lamente mi existencia...
incluso te extrañé. No había consuelo, no había amabilidad ni
esperanza. La humanidad había desaparecido casi por completo.
No pude suicidarme ni condenar mi vida
a la muerte, sufrí, claro que si.
Te extrañaba cada noche, cada día,
cada amanecer y no estabas.
Recuerdo cuando nos visitabas y te
llevabas a uno de nosotros, pero nunca a mi.. Por qué, no lo sé.
Ahora que he vuelto la vista atrás y
sigo sin consuelo me he refugiado en mis recuerdos y en lo que fui.
Soy lo que no quiero ser, he causada
varias muertes y varios embarazos.
He latigado sin desdén y aquí estoy,
lamentando mi existencia, lamentándome por mi mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario