Qué puedo decirte querido corazón, qué puedo desearte o qué puedo preguntar... Nada.
No hay palabra alguna que brote de mi boca para saber de ti.
No hay intensión alguna de cambiar lo que siento por ti por muy bueno que fuese.
Solamente quiero devolverte lo que una vez fue para mi.
Sí la vida pudiera describir lo que pasé a tu lado sería una contradicción.
Un divergencia que posiblemente ni yo entendería.
No es que seas ni bueno ni malo, ni aceptable o tolerante.
Simplemente fue un testigo casual en un momento oportuno.
Te entrego tu crueldad, tu maldad y tu enfermedad.
Te devuelvo tus pestes, tus quejas y desconsuelos.
Te afirmo mis decisiones con o sin sentido,
Pero lo más importante es que hoy te dejo el nido vacío y las llaves junto a la puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario