- Quiero pedirte
disculpas querida Laura por estar ausente, por dejarte sola tanto
tiempo. No era mi intensión que pasara así, que me conocieras de
esa manera. Sé que me quieres como yo te quiero a ti y no quiero
que pienses que ya no me importas o que ya no me interesas, no es
así. Pasó lo que tenía que pasar y fue así cuando dejé que mi
vida continuara sin sentido, que mi soledad me abarcara y que me
perdiera como náufraga. En algunos momentos estaba segura de lo que
hacía con mi vida pero aún así no me importaba regresar, no tenía
sentido para mi y fue cuando te lastimaba querida Laura. Quería que
estuvieras cerca de mi pero mi propia forma de expresarme te
alejaba, te hacía huir de mi y no me daba cuenta de mis acciones,
de la manera en cómo estaba marcando tu corazón y tu vida junto a
mi. Te deje sola Laura
sabiendo que no conocías el camino, sabiendo que en aquella jungla
en donde te deje podrías morir, algún animal podría haberte
atacado y tu estabas sola. Tampoco recé por ti no me preocupe por
nada, no deje a nadie encargado para que te cuidara y que te
consolara de vez en cuando. Tú tampoco buscaste refugio en alguien
más para que te consolara o te cuidara, eso fue un acto heroico que
quizás yo nunca hubiera hecho, tal vez hubiera regresado con Rebeca
y te hubiese olvidado. Estoy segura que aún así no me hubieras
dejado ir, no comprendo por qué no lo harías, lo pienso pero no encuentro las respuestas. Mi conclusión, querida Laura es que me
amaste y me sigues amando a pesar de todo lo que te hice, a pesar del
daño y del sufrimiento que te hice pasar.
- Lo sé mi dulce
amor, lo sé Ana... sé lo que hice por ti, el sacrificio que
algunas veces era dado por amarte en la manera como lo hacía, en la
manera en que mi corazón intentaba buscar el tuyo para guardarle y
refugiarse en mi dulce sentir, en mi dulce respiración, en mi amor
por ti amada Ana. Todo lo que pase lo hice por quererte y por desear
estar contigo. Estando junto a ti, llegué a pensar que llevaba mi
vida a la ruina, al precipicio, donde el sol nunca llega porque
sería morir ahogado. Estaba consciente de todo, del día a día y
algunas veces del tiempo que pasaba. Pero quería estar ahí, verte,
sentirte, tocar tu piel y besarte, para mi era suficiente. En algún
momento, no sé en qué etapa de nuestra relación llegue a sentir
que nuestro el amor era como el amor de Frida y Diego al final de
la vida de ambos, a ese agotamiento, a esa necesidad mutua... Así
te sentía Ana, tenía necesidad de ti, tenía la necesidad de que
solamente tú secarás mi lágrimas, que tu me dieras el calor que
mi alma necesitaba para poder vivir, quería todo contigo. Quería
recostar mi cabeza sobre tus piernas todas las noches frente al
televisor mientras mirábamos las noticias, quería cenar contigo
todas las noches y que me contarás de tus dilemas, penas, angustias
y tus problemas en el trabajo. Nunca me cansé de escucharte, nunca
me cansé de tus ronquidos en la noche, nunca me cansaste Ana.
- No quiero escuchar
más Laura, me hace mal escucharte. Me siento culpable de todo lo
que paso, sino hubiera sido por mi seguiríamos juntas y quizás ya
hubiéramos adoptado a un niño a una niña. Hubieras sido muy feliz
y yo también, pero no es así. Tampoco me agrada que pienses así
como lo haces, te has aferrado a un sueño, a una idea que no
existe. Te has visto a ti misma... eres hermosa. No tienes porque
estar así, no lo mereces. Eres bella, eres magnífica, todo lo que
has hecho ha sido por ti. Yo fui un parásito para ti, te robe un
poco de tu vida, de tu alegría, de tus sueños. Me alimente de tu
esperanza, de tu optimismo, te utilice si lo quieres saber. Me
fuiste útil para curar mis heridas pasadas, me fuiste útil para
olvidar parte de mi pasado, me fuiste útil para que mi corazón
latiera. Piénsalo así, por favor. No busques más,
no tiene sentido hacerlo.
- Ana imagina que me
marcho, que te dejo sola.. qué harías. En algún momento me
buscarías, pensarías en mi, soñarías conmigo alguna noche, me
extrañarías cuando duermas sola... Quiero saber...
- Laura, no te puedo
mentir más. No lo haría, al dejarte te olvidaría, te alejaría de
mi vida, como si nunca existieras. Leería el periódico cada
mañana, trabajaría más y saldría con mis amigas y amigos para
olvidarte. Quizás cada noche besaría a alguien diferente para
alejarte más de mis recuerdos, de mis pensamientos... No tengo el
afán de regresar contigo, míralo así... "una mancha de mora con otra mora se quita ¿no?". Eres libre, como siempre
lo has querido. No te puedo dar más de lo que te dí, no puedo
estar siempre a tu lado, no quiero que pienses así, no lo hagas, no
vale la pena. El amor es así, va y viene... Se transforma, cambia,
anida en el corazón pero luego desaparece con el viento, con el
paso del tiempo, conforme se seca y se convierte en polvo.
Laura, vive y sé
feliz. Olvídate de todo lo que aprendiste en el colegio, durante tu infancia y en lo que crees. No tiene
sentido saber como se llaman las montañas o la sierra que está bien cerca, sí nunca sales de la ciudad.. Dame un beso y
márchate...
No hay comentarios:
Publicar un comentario