domingo, 11 de agosto de 2013

Márchate y sé feliz


- Quiero pedirte disculpas querida Laura por estar ausente, por dejarte sola tanto tiempo. No era mi intensión que pasara así, que me conocieras de esa manera. Sé que me quieres como yo te quiero a ti y no quiero que pienses que ya no me importas o que ya no me interesas, no es así. Pasó lo que tenía que pasar y fue así cuando dejé que mi vida continuara sin sentido, que mi soledad me abarcara y que me perdiera como náufraga. En algunos momentos estaba segura de lo que hacía con mi vida pero aún así no me importaba regresar, no tenía sentido para mi y fue cuando te lastimaba querida Laura. Quería que estuvieras cerca de mi pero mi propia forma de expresarme te alejaba, te hacía huir de mi y no me daba cuenta de mis acciones, de la manera en cómo estaba marcando tu corazón y tu vida junto a mi. Te deje sola Laura sabiendo que no conocías el camino, sabiendo que en aquella jungla en donde te deje podrías morir, algún animal podría haberte atacado y tu estabas sola. Tampoco recé por ti no me preocupe por nada, no deje a nadie encargado para que te cuidara y que te consolara de vez en cuando. Tú tampoco buscaste refugio en alguien más para que te consolara o te cuidara, eso fue un acto heroico que quizás yo nunca hubiera hecho, tal vez hubiera regresado con Rebeca y te hubiese olvidado. Estoy segura que aún así no me hubieras dejado ir, no comprendo por qué no lo harías, lo pienso pero no encuentro las respuestas. Mi conclusión, querida Laura es que me amaste y me sigues amando a pesar de todo lo que te hice, a pesar del daño y del sufrimiento que te hice pasar.

- Lo sé mi dulce amor, lo sé Ana... sé lo que hice por ti, el sacrificio que algunas veces era dado por amarte en la manera como lo hacía, en la manera en que mi corazón intentaba buscar el tuyo para guardarle y refugiarse en mi dulce sentir, en mi dulce respiración, en mi amor por ti amada Ana. Todo lo que pase lo hice por quererte y por desear estar contigo. Estando junto a ti, llegué a pensar que llevaba mi vida a la ruina, al precipicio, donde el sol nunca llega porque sería morir ahogado. Estaba consciente de todo, del día a día y algunas veces del tiempo que pasaba. Pero quería estar ahí, verte, sentirte, tocar tu piel y besarte, para mi era suficiente. En algún momento, no sé en qué etapa de nuestra relación llegue a sentir que nuestro el amor era como el amor de Frida y Diego al final de la vida de ambos, a ese agotamiento, a esa necesidad mutua... Así te sentía Ana, tenía necesidad de ti, tenía la necesidad de que solamente tú secarás mi lágrimas, que tu me dieras el calor que mi alma necesitaba para poder vivir, quería todo contigo. Quería recostar mi cabeza sobre tus piernas todas las noches frente al televisor mientras mirábamos las noticias, quería cenar contigo todas las noches y que me contarás de tus dilemas, penas, angustias y tus problemas en el trabajo. Nunca me cansé de escucharte, nunca me cansé de tus ronquidos en la noche, nunca me cansaste Ana.

- No quiero escuchar más Laura, me hace mal escucharte. Me siento culpable de todo lo que paso, sino hubiera sido por mi seguiríamos juntas y quizás ya hubiéramos adoptado a un niño a una niña. Hubieras sido muy feliz y yo también, pero no es así. Tampoco me agrada que pienses así como lo haces, te has aferrado a un sueño, a una idea que no existe. Te has visto a ti misma... eres hermosa. No tienes porque estar así, no lo mereces. Eres bella, eres magnífica, todo lo que has hecho ha sido por ti. Yo fui un parásito para ti, te robe un poco de tu vida, de tu alegría, de tus sueños. Me alimente de tu esperanza, de tu optimismo, te utilice si lo quieres saber. Me fuiste útil para curar mis heridas pasadas, me fuiste útil para olvidar parte de mi pasado, me fuiste útil para que mi corazón latiera. Piénsalo así, por favor. No busques más, no tiene sentido hacerlo.

- Ana imagina que me marcho, que te dejo sola.. qué harías. En algún momento me buscarías, pensarías en mi, soñarías conmigo alguna noche, me extrañarías cuando duermas sola... Quiero saber...

- Laura, no te puedo mentir más. No lo haría, al dejarte te olvidaría, te alejaría de mi vida, como si nunca existieras. Leería el periódico cada mañana, trabajaría más y saldría con mis amigas y amigos para olvidarte. Quizás cada noche besaría a alguien diferente para alejarte más de mis recuerdos, de mis pensamientos... No tengo el afán de regresar contigo, míralo así... "una mancha de mora con otra mora se quita ¿no?". Eres libre, como siempre lo has querido. No te puedo dar más de lo que te dí, no puedo estar siempre a tu lado, no quiero que pienses así, no lo hagas, no vale la pena. El amor es así, va y viene... Se transforma, cambia, anida en el corazón pero luego desaparece con el viento, con el paso del tiempo, conforme se seca y se convierte en polvo.

Laura, vive y sé feliz. Olvídate de todo lo que aprendiste en el colegio, durante tu infancia y en lo que crees. No tiene sentido saber como se llaman las montañas o la sierra que está bien cerca, sí nunca sales de la ciudad..  Dame un beso y márchate...  




No hay comentarios:

Publicar un comentario