Tengo un gran dolor
ahora en mi corazón, decía Margarita mientras tomaba su taza con café que había recién preparado. La última vez que la vi fue hace dos meses, pase todo ese tiempo sin hablarle y sin comunicarme con ella. La miraba diferente, su rostro había cambiado, también tenía algunas arrugas nuevas, pensaba en lo rápido que puede cambiar uno en tan poco tiempo. - quizás porque llegue a comprender la naturaleza del ser humano, así terminaba su oración.
- El por qué de sus acciones a veces, sean
buenas o malas, sean con razón o sin razón, parecen ser incomprensibles. He llegado a la conclusión que cada quien actúa de la manera en que mejor le convenga en determinados momentos y circunstancias. La dureza y la maldad que puede haber en cada uno de nosotros es sorprendente para mi. La mayoría de veces va más allá de lo que uno puede pensar ser y en gran manera responde a la misma naturaleza humana en su hábitat natural. Estoy segura, sí supiera cuando pase por esa etapa, preferiría morir antes y no dañar a alguien, especialmente sí quien se lastima es un niño o una niña.
Me quedaba viendo el rostro de Margarita, sus ojos se humedecían pues parecía que brotarían lágrimas de sus ojos. Esta triste, se sentía desolada, desamparada... Su mirada dulce había desaparecido, la calidez de su sonrisa se había borrado, ahora los labios los tenía secos y escamosos. Su pelo lucía maltratado, no brillaba y lo tenía agarrado con una cola. Estaba deprimida es lo que concluí, por eso era que la miraba diferente.
- Un niño es un niño,
es una persona inocente y pocas veces o casi nunca sabe sobre las
consecuencias que puede tener sus actitudes o disposiciones. Crea un mundo de fantasías, puede hacer toda una historia
bella con botonetas y chicles, no necesitaría nada más que eso para
pasar un rato agradable. Si jugara con un niño así, olvidaría lo que atormenta mis pensamientos.
Jugar con un niño o varios niños es no esperar nada ni desear
nada. Simplemente es el querer estar con alguien que sueña y que no espera nada, sólo quiere regalar sonrisas y abrazos y que alguien juegue con él. Sí un
niño es así porque hacerle sufrir, por qué lastimarlo o por qué castigarlo con algo que no merece, por qué afectar su corazón a
temprana edad, por qué prohibirle que la etapa más bonita de su vida y que uno
de adulto puede recordar algunas veces con cariño.
Margarita tenía razón en lo que decía, pero no lograba comprender aún su conversación conmigo. Parecía que hubiese visto algo y que la dejó marcada, me había arrepentido por no hablarle durante tanto tiempo y no saber de ella, quizás ahora comprendería mejor lo que me estaba contando. No podía decir nada porque no sabía que responder o como seguir la platica, sabía que algo muy doloroso atormentaba su corazón y eran pocas las veces que la miraba así.
- La etapa de la niñez
es un recuerdo para cada uno, una memoria del pasado. Suponiendo que
es un buen estadio para formar “buenas” personas, ¿qué
es lo que sucede cuando se pierde o se acorta a la fuerza? ¿Cómo
puede ser posible enseñarle cuando la persona o las personas más
importantes en su vida no están, son ajenas o han muerto?
Me quede callada, no sabía que responder. No sabía porque lo decía... Sabía de las dos hijas de Margarita y la historia de su ex-esposo. De los golpes que había recibido, de las veces que la maquillaba para que nadie se diera cuenta de los golpes que tenía en su rostro.
- A los
niños muchas veces se les olvida, se les deja y quedan en el lugar donde viven los adultos, olvidando que los niños son niños. Es triste ver a niños convertido en
adultos, sus juguetes han sido remplazados por las penas hechas con
papel y las canciones de cri cir por las quejas hacía la vida. La
dulzura y la ternura se convierten en dolor y sufrimiento, en
incomprensión, en preguntas que nadie es capaz de responder. La
imaginación juega con su mente, con su entendimiento y creen todo lo
que ven y todo lo que escuchan. No es posible crearles un mundo de
juegos y fantasías sin la supervisión de los propios creadores, es
como tirarse del punte esperando volar. La caída es dura y condena
con la muerte, la tragedia de perder lo hermoso de la vida. Quisiera que muchos
niños tuvieran la infancia que yo tuve, mi mayor preocupación
probablemente fue la del juego. Con que juguete iba a jugar, con
quién jugaría, quién sería mi aliado para jugar al escondite o
para pintar la pared. Una niñez muy bonita que me llena el corazón,
pero que lamentablemente y ahora más en la actualidad, es muy poco
para todos los niños.
También pasa que quienes tienen una niñez
con todo lo necesario no tienen una madre o un padre por el trabajo,
por el tiempo que les quita el día en la oficina o los
acontecimientos sociales. La verdad es que ser niño es bonito,
cuando uno se convierte en adulto la realidad es dura, fuerte y sin
certeza de nada. Lo único que queda es poder enfrentar los retos,
superarlos y tratar de ser una mejor persona cada día, cumplir con las metas y
ser productivo. Sino se es así entonces uno fracasa en la vida y en
algún momento ser una persona frutrada porque no se cumplieron con
la metas básicas. Eso es lo que me puse a pensar, aunque no tenía una relación directa con lo que Margarita había dicho. Seguía pensando en que no sabía que decirle, aunque tal vez lo único que quería era que la escuchara nada más.
- Lloro solo por pensar
en las niñas que pierden a su madre porque el padre tiene más
dinero y quiere arruinar la vida de su exesposa. Eso fue lo que me paso a mi, me quitaron a mis hijas, fui a la corte, mostré la evidencia que tenía, los golpes que Hugo dejaba marcados en mi rostro, los moretes por las patadas que me daba en la espalda y brazos. No es posible que contara mi vida como lo hizo, todo lo que dijo fue mentira. Él era el malo no yo. Me quito a mi hijas, no las veo desde hace dos meses. Me quede sin ellas, tanto dolor para nada, Lucía no tendrá una mamá y sólo tiene dos años. Rebeca con sus ocho años tendrá un lindo recuerdo de mi, pero Lucía me olvidará. No creo que me busquen después y tampoco lo espero, me quedo resignada a ello. También lloro porque una
niña fue abusada sexualmente por su tío mientras la madre trabajaba. El padre las abandonó, saber ni en dónde andará. Lloro por la perdida de inocencia de un
niño y que la misma inocencia condena su vida a la muerte. No tiene
sentido vivir con alegrías y esperanzas sabiendo lo que sucede del
otro lado de la moneda como tampoco tiene sentido querer soñar en un
mundo brutal y deshumano. No tiene sentido, no se me ocurre pensar de otra manera, estoy triste, deprimida y sobre todo perdí a mis hijas a pesar de haber aguantado tantos golpes y maltratos, las perdí.
No dije nada, me quede callada. Seguía sin saber que decir, intenté abrazar a Margarita pero tampoco pude, estaba abrumada, asustada de escuchar tanto dolor y sufrimiento. Un niño o una niña es
lo que en nuestro recuerdo queda de cada uno en el pasado, la maldad
con el paso de los años se convierte en una aptitud de sobrevivencia
dentro de nuestra sociedad y así es como se arruina la vida de los demás y de cada uno de nosotros.
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