Hola querida, hoy me regalaste
felicidad, hoy me diste lo que siempre quisé. Me diste un corazón
nuevo, lleno de flores en la caja azul que tanto me gusta. Que
colocabas en la mesa de noche antes de que apareciera en tu vida como
una persona especial. Aunque a veces te ocultes entre las nubes en la
noche fría, yo sé que tú estás ahí, detrás de ella. Logro verte
aún cuando soy ciega, logro sentirte aún cunado tenga quemaduras de
tercer grado, logro soñarte aunque no duerma, aunque padezca de
imnosomio. Vuelo entre las nubes, como las águilas, como las
gazelas, como los flamingos, como las guacamayas... Así también
logro verte siendo bella, siendo feliz, siendo mi compañia de noche,
siendo mi testigo del día, siendo mi cuenta cuentos favorita, siendo
mi dulzura y siendo mi ternura. Te veo como eres, te veo como lo
quieres, te veo sencilla, llena de leche, esperando por tu gato,
esperando el maullido que te avisa cuando aparecerá. Me alegra
tenerte cerca de mi, eres la más querida para mi. Eres lo que
necesito en la noche, lo que me quita el frío, eres quien me aleja
de mis depresiones, me alejas de lo malo de la vida, me alejas de lo
triste de la vida, me alejas de todo lo que a veces temí.
Hoy veo en mis ojos tu reflejo, el
punto blanco que humede mi mirar, el brillo de mi mirada eres tú. No
quiero verte de otra manera pues se perdería el encanto, no quiero
verte después de soñar porque eres mi sueño, eres mi deseo. Aunque
me pieda, aunque no encuentre el camino de regreso, tu estarás ahí,
esperandome para darme un abrazo de bienvenida. Tu y yo, quien lo
diría. Tu y yo, contemplando tu bellaza, contemplando tu ser,
contemplano lo que eres para mi. Aunque la noche tenga todos grises y
a veces rojizos, yo estoy acá después de mi. Te pido algo, quiero
que me regales más noches así, que me regales una sonrisa para yo
sonreír, que me regales un dulce para mi dulzura, que me regales un
una caricia para mi ternura, que me regales amor para amar. Quiero
amar, quiero amarte... La vida es amor, así me las has prensentado
tú, así es lo que me dices en cada noche, cuando el viento me
susurra al oido, cuando el frío cubre mi piel y cuando el cigarro se
convierte en el vicio predilecto de la noche. No puedo pedirte más,
no puedo ofrecerte más, me tienes, te tengo... Disfruto pensarte así
como lo hago.
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