Pero aún así, hoy quiero aclararte algo. Que sí quise creerme tu salvadora o que si tu quisiste regalarme tu mayor desesperación, sucedió. Que si por ti la noche era especial también fue cierto.
Te confieso, que la mayor gravedad fue haber cometido el error que me ahogo. Por ti fue que aprendí ver la montaña desde la cima y a observar las nubes chocarse una contra otra. Ahora sin ti, nada de ello sucede.
Gracias a ti descubrí que el amor es el mayor tesoro y una bendición, una isla que va de acuerdo al ritmo de la vida. una isla donde llegan los barcos y se van, lluvias que llegan y se van. Pero tú, por favor no te vayas.
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